Jonathan Majors llamó al 911 por posible ‘sobredosis, suicidio’ de Grace Jabbari

Jonathan Majors llamó al 911 en nombre de Grace Jabbari, el día que fue arrestado y ahora sabemos que lo informó oficialmente como un posible suicidio por sobredosis.

Dos oficiales de policía de Nueva York que respondieron a la escena en marzo subieron al estrado el martes en el caso de asalto de Majors, y su testimonio fue interesante, sobre todo porque dieron todos los detalles (o tantos como podían recordar) del incidente.

Uno de los policías testificó que la llamada inicial -que fue realizada por el propio Jonathan Majors- fue para informar que alguien había intentado quitarse la vida por sobredosis.

Los policías también señalaron que cuando llegaron allí, Jabbari estaba en el suelo del apartamento de Majors y que cuando finalmente volvió en sí, lo primero que preguntó fue cómo había llegado allí. También declararon que Jabbari entonces les preguntó si Majors estaba en el lugar o si estaba fuera, aparentemente preocupada.

Otro dato interesante, los oficiales testificaron que Jabbari les preguntó por qué le dolía su oído. Recuerden, el corte en la oreja es una de las razones por las que Majors está siendo procesado y los oficiales admitieron que no le preguntaron si se había caído.

En cuanto a lo que dijo de sus lesiones, Jabbari aseguró que al parecer Majors la había golpeado varias veces en la cabeza y que le había agarrado el cuello.

Uno de los oficiales también admitió en el estrado que había ayudado a Jabbari a llenar su informe DV. Completó la primera página por ella y dejó que hiciera la segunda por su cuenta. En el interrogatorio, los agentes dijeron que no recordaban muchos de los detalles específicos que el equipo de defensa de Majors les preguntó. Por ejemplo, si Jabbari les contó o no, que había tomado dos pastillas para dormir esa misma noche.

Por último, los oficiales dijeron que vieron que faltaba un botón en el abrigo de Majors y que también notaron una pequeña cantidad de sangre en el edredón de su cama cuando llegaron. Sin embargo, no vieron ningún otro rastro de sangre en otros lugares.